Son más de 500.000 hectáreas las ocupadas por el olivar en Andalucía y 250.000 las familias de olivareros que viven de forma directa de este cultivo

El interés del estudio de las aguas regeneradas en el olivar obedece a que este cultivo representa más del 50 % de la superficie de riego de Andalucía y es clave para la vertebración social y dinamización económica del medio rural andaluz. En concreto son más de 500.000 hectáreas las ocupadas por el olivar en Andalucía, 19 los millones de jornales que genera una campaña media, 250.000 las familias de olivareros que viven de forma directa de este cultivo y 300 el número de pueblos andaluces en los que el olivar representa la actividad económica principal. Pero el olivar necesita agua, y cada año ya consume en Andalucía una media de 864 hm3 anuales, el 21% de las demandas totales en la región. Resulta además que las previsiones de demanda de agua para el regadío aumentarán con el cambio climático, que profundizará así el déficit hídrico de las cuencas andaluzas, obligando a recurrir a nuevas fuentes de aguas para atender cultivos de gran valor económico y social como el olivar.

Junto a la mejora en la garantía del recurso, el proyecto también persigue objetivos ambientales, pues la consecuencia ambiental más directa del déficit de disponibilidad de agua es la sobreexplotación de acuíferos. El uso de aguas regeneradas mejora por tanto el impacto ambiental del regadío. Asimismo, como el proyecto se orienta a mejorar el uso de los macronutrientes para la fertilización del olivar, pretende conseguir así un beneficio ambiental añadido.